Los tres máximos directivos de Novacaixagalicia se llevan 23 millones de euros de indemnización como premio por hundir la caja.

Los tres máximos directivos de Novacaixagalicia se llevan 23 millones de euros de indemnización como premio por hundir la caja.

Salen de sus despachos tan campantes, esquivando un agujero que ya NOS ha costado 2.465 millones de euros: mil millones más de lo que se ahorró al congelar las pensiones.

Comparado con el estropicio, su parte se queda en nada: es apenas el 1% del destrozo que nos dejan.

¿A qué espera la Fiscalía para actuar en el caso?

¿Dónde estaba mirando mientras tanto el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, siempre tan preocupado por la moderación salarial y por abaratar el coste del despido?

Sin embargo, el escándalo no está sólo en la irresponsabilidad de unos directivos que siempre ganan, incluso cuando su gestión quiebra la caja. También en estos indecentes salarios en unos bancos semipúblicos, con presidentes nombrados a dedo por los gobiernos autonómicos, y cuyas pérdidas estamos ahora pagando entre todos.

El ex director general de Novacaixagalicia se lleva 10,8 millones de indemnización: una persona con el sueldo medio en España (21.500 euros al año) tendría que trabajar cinco siglos para cobrar ese dinero; con el sueldo del presidente del Gobierno (78.185 euros) harían falta 138 años de trabajo.

Sin embargo, esta indemnización es de lo más normal cuando se compara con las retribuciones del resto de los directivos de las cajas. Entre los tres máximos responsables de Bankia, incluido Rodrigo Rato, se pueden llevar en un año 10,15 millones entre fijo y variable, a pesar de que Bankia también se ha acogido a las ayudas públicas del FROB.

¿Es ético, es ADMISIBLE, que el mismo Estado que recorta los servicios sociales más básicos financie estos sueldos exorbitantes?

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